lunes, 22 de mayo de 2006

Peh


Esta letra por su nombre Peh hace alusión a la boca de la persona, en hebreo "peh". Por intermedio de este sentido tan exquisito se diferencia y se eleva el ser humano por encima de todas las demás creaciones. Es precisamente el órgano por el cual podemos acercarnos a Dios a través del rezo. Es conocido el dicho que los ojos ven y la boca culmina exteriorizando lo visto y pensado. Hay dos Peh. Una para todo lugar en la palabra y otra para las finales. La primera se llama cerrada y su forma simboliza al feto en el vientre de la madre (posición fetal) que precisamente mantiene su boca cerrada. La otra, ya abierta, se asemeja al bebé recién nacido que estira sus miembros. Refiriéndose a la boca, también nos indica el dominio que debemos tener sobre ella, a veces cerrada y otras abierta, cuándo hablar o cuándo no. La peh está compuesta por una jaf y una iod . La primera simboliza un objeto (keli, en hebreo) o sea la posibilidad de recibir; y la iod, lo espiritual que debemos incorporar.
Ayer no pude esperar más y fui a tu tienda a buscarte. En realidad ya te busqué en el shabbat, pero había tantas personas contigo que no pude hablarte. Un cruce de miradas y poco más. Saludos protocolarios. Sin embargo ayer, me pasó lo que nunca, fui incapaz de saludarte como te mereces, como me ensañaste, no salía palabra de mi boca, se rompió la voz, pero gracias a ti, el alma sigue intacta y tras la visita, reconfortada. Mis palabras ayer no salieron de mi boca, salieron de mi corazón, tú lo sabes, por eso duelen ¿verdad?, eso significa que mejoro, o sea que he de sentirme feliz....
La boca, además tiene un gesto sublime sobre otros muchos: tiene la capacidad de besar. Cierro hoy mis ojos, más pesados que de costumbre y siento tus besos en los párpados. Estás conmigo, no hay problema.

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