martes, 30 de octubre de 2007

Rechem (madre)

Mi árbol de la vida físico. Mi matriz, mi origen...y mi perdición. Con ella pierdo toda la espiritualidad que busco, todo el equilibrio, y a veces, toda la sensatez, si es que tengo alguna. Tú sabes que la quiero, pero me puede, me supera y muchas veces me enerva. Creo que como toda madre, pero ésta es la mía...y Tú la estás avisando, empiezas a acariciarla con tus dedos, no sé si para llevártela o para que cambie. Es dura, no sé si sabrá apreciar el gesto, quizá sea demasiado tarde. Te pido por ella, te pido la calma que no tiene, la tranquilidad que le falta, la paciencia que aún sigue esperando que llegue por su puerta, o la quietud para su corazón maltrecho. En un acto egoísta te imploro que me la dejes aquí...todavía me queda mucho que quererla, me faltan años en ausencias, me faltan silencios a su lado, y sus nietos, también la necesitan. Déjamela un poco más, así, peleona como es ella, pero déjamela, no puedo añorarla todavía....