viernes, 23 de marzo de 2007

Treinta

Abib: espigas maduras

Recojo de nuevo las pocas cosas que llevo conmigo (un par de trapos, legajos y un candil) y me dirijo por el sendero que lleva a la montaña. El paisaje va cambiando y la verde vereda se va tornando dorada. Mis ojos quizá cegados por la luz del sol o por el cansancio de estos días no atisban a ver de qué es aquella altiplanicie dorada...el olor no me trae recuerdo alguno, pero el oído trae un murmullo, el viento está acariciando y su susurro se vierte...me voy acercando y comienzo a ver...son espigas maduras, preparadas, henchidas de trigo, el germen, la semilla ha evolucionado y están esperando inquietas a ser recogidas...espigas....pan....Shalom...

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