lunes, 26 de marzo de 2007

Treinta y dos

...A quien está a Mi cuidado, le construyo una embarcación para que pueda navegar por los ríos hasta llegar a su fin. Cuendo los ríos la echan a los mares, navega por ellos hasta llegar al océano y, al llegar a él, conce las (diversas) realidades y descubre los misterios.

Hasta este océano llegan los allegados. Quienes están por encima de ellos navegan por él durante mil años hasta alcanzar su orilla. Llegan entonces a un interminable páramo desierto que se exitiende sin límites, y en el cual quedan perplejos en tanto que la eternidad perdure, pues si acabara se extinguirían...

Ibn Arabí "Las contemplaciones de los misterios".

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