martes, 18 de abril de 2006

Nerot (velas)

Hemos visto en estos días interminables filas de velas alumbrando a Jesús y a María. Se acabó la fiesta, se acabaron las procesiones, se acabaron las celebraciones....la vela, ahora ya, apagada y enfriada, está tirada en un rincón con lágrimas ennegrecidas por el humo. Ya no brilla, ya no existe, ya no es. ¿Dónde dejaste tu vela? ¿En un rincón de la cofradía?....algunos incluso se habrán llevado un cachito o toda ella, como recuerdo fetichista de ese día. La auténtica luz que le alumbra está en tu corazón, y ahora, ha de arder más que nunca. Cegados por la parafernalia algunos sólo ven en la Pasión de Jesucristo el entorno, pero no ven el verdadero final: la Resurrección. ¿De qué te sirve un Cristo muerto si no puede resucitar? si no resucita, el año que viene, no podrás revivir todo....y agradecerle todo lo que hizo....¡qué lástima me dan los que no buscan! teniendo el premio y la alegría delante de su nariz se han quedado absortos en la talla, en el encaje y en el montaje.....mientras su Cristo y su Virgen, lloran de pena, porque la luz de su corazón no les alumbra.... Tienes la vela física apagada, haz que la de tu interior, arda con fuerza. Están allí todo el año. No sólo un día, o una semana, o cuarenta días. Es una forma de vida el quererlos, y cuando uno ama, a pesar de que cada uno es diferente, no ama sólo un momento.....si no toda la vida.

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