martes, 19 de febrero de 2008

El HaKavod

El HaKavod – El Dios de Gloria: (Salmo 29 ) . Dios mismo es hermoso y es la fuente de toda belleza y creatividad.
– El Dios de Gloria: (Salmo 29 ) . Dios mismo es hermoso y es la fuente de toda belleza y creatividad.
El fin de la Creación es la gloria de Dios. Gloria es el esplendor de su belleza y perfección y todo puede y debe estar lleno de esa plenitud. Los seres inanimados con su existencia, los seres libres con su libertad moral. Hay dos formas de gloria
1. La gloria intrínseca que es la intimidad de Dios en su comunión de tres personas, su perfección interna.
2. La gloria extrínseca, en cambio, es clara cum laude notitia (conocimiento claro con alabanza). Adoración que es amor extasiado ante la belleza divina.
La gloria intrínseca de Dios es su vida misma, su perfección, su circulación de amor y conocimiento, su belleza absoluta, que es infinita. Nada externo necesita para que el esplendor de la gloria sea máximo. La gloria intrínseca de Dios vista desde su perspectiva trinitaria nos lleva a,
Dios, el Padre, es amor, una fuente que mana eternamente. El Padre es el principio, la fuente y el origen de la vida divina. No engendrado, no creado, su innascibilidad es no tener origen. Sólo Él puede sin motivo o causa para empezar a amar (salvando el lenguaje del tiempo para la eternidad). Dios ama desde siempre y para siempre, comenzó a amar desde la eternidad.El Padre es eterno origen del amor, Aquél que ama en absoluta libertad, desde siempre y para siempre libre en su amor, el eterno Amante con la gratuidad más pura del Amor. Pero además el Amor del Padre no es egoísta, sino que es generador, y en su amor, amando Dios se distingue al Amante y al Amado (Padre e Hijo).El Padre es eterno origen del amor, Aquél que ama en absoluta libertad, desde siempre y para siempre libre en su amor, el eterno Amante con la gratuidad más pura del Amor. Pero además el Amor del Padre no es egoísta, sino que es generador, y en su amor, amando Dios se distingue al Amante y al Amado (Padre e Hijo).
Más allá del Hijo, el Amor que engendra al Hijo sigue dando amor. El Amor del Padre, fuente del Amado, el Hijo, es también fuente del tercero en el amor, el Espíritu. El Espíritu Santo es el éxtasis de amor del Padre ante el Hijo y del hijo al contemplar al Padre. Es el vínculo personal de la comunión mutua
Dios quiso comunicar sus infinitas perfecciones a las criaturas que le comunican una gloria extrínseca que es el fin de la creación. El bien de las criaturas es dar a Dios esa gloria, porque en Él encuentran la vida y la perfección.La gloria extrínseca viene marcada por la filiación divina, la inhabitación de la Santísima Trinidad en el hombre en gracia. La alegría del Padre al ver vivir en el amor del Hijo por el Espíritu Santo es la mayor gloria de Dios, además del esplendor de sus perfecciones. La gloria de Dios es que los hijos triunfen, que amen como el ama, que vivan una vida de amor eterna.
La gloria de Dios es el principio y el fin de toda la creación. La misma encarnación del Verbo y la redención del género humano no tienen otra finalidad que la gloria de Dios.
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Después de semejante clase es realmente imposible no pararse a pensar en los actos que hago para glorificar a Dios. Y no me refiero a los cultos, las velas, los donativos ni nada que sea material aunque imagino que en algo servirán. Quizá aquí hay que abandonar la parte más ritual y hebraica y quedarse en la raíz profunda de las cosas que nos llevan a los verdaderos sentimientos que albergan en nuestro corazón. Siempre me ha encantado esa explicación del Amor de Dios entre Padre e Hijo que me hizo mi padre hace muchos años y que les lleva a 'mirarse' eternamente, he tenido una enorme suerte y es que mi padre terrenal me haya explicado el Amor del Padre celestial con tanta delicadeza que ahora se que gloriaba a Dios cada vez que lo contaba...

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